Diferencias

Se pasaba la vida mirando hacia arriba. Le contaban que allá en lo más alto no había preocupaciones, no importaba el tamaño que tuvieras, el color de tu piel o el idioma que hablaras, todos tenían los mismos derechos. Otros le decían que podías comer y beber a todas horas y si te apetecía dormir lo podías hacer en cualquier momento y en cualquier lugar.

Allá, donde ya la vista no le alcanzaba a ver, se podía viajar con comodidad de un lugar a otro sin pedir explicaciones. La amabilidad reinaba en el ambiente y se ayudaban los unos a los otros sin intereses ni egoísmos.

El clima era agradable, no existía la polución, el aire era limpio y el agua transparente. Las montañas verdes y las praderas repletas de animales pastando. El y todos los que le rodeaban creían que allí arriba todo era perfecto.

Algunos aquí abajo le aseguran que han conseguido subir a lo más alto, que han sido capaces de estar allí y ver con sus propios ojos los misterios que hoy conocen. Muy pocos han vuelto de ese viaje, normalmente cuando subes es para no regresar.

La vida para él, abajo, es muy distinta y complicada. La población está divida según el tamaño, color de piel o idioma. Debe luchar por su comida cada día, nadie le ofrece o le regala nada. Si decide descansar en algún lugar inseguro, lo más probable es que le roben o hasta pierda la vida.

Se ha puesto imposible viajar de un lugar a otro, el clima ya no lo permite. Las tormentas hacen que la vida sea miserable, la comida escasa y el agua intratable. Dicen que es por culpa de los de arriba, pero él sigue soñando en que algún día dejará el fondo de este océano contaminado y podrá pasear por un bosque interminable.

Joaquín Duro